Los clubes estado rompen el tablero del fútbol


Los últimos movimientos del mercado confirman la dinámica y el cambio producido por la inversión extranjera entre los grandes clubes europeos. PSG y Manchester City son hoy la referencia de una Champions en la que ni competían hace una década.

El 1 de septiembre de 2008, tras un frenético cierre de mercado, Robinho aterrizó en Manchester. Lo hizo para enfundarse la camiseta de los Sky Blues y no la roja de los vecinos, que hace solo unos meses antes habían levantado el trofeo de la Champions League con Cristiano Ronaldo, Rooney, Vidic o Ferdinand como estandartes. Lo que nadie podía imaginar en ese entonces era que exactamente una década después, en la campaña 2018-19 los Citycens ganarían Premier, FA Cup y Carabao Cup liderados por Pep Guardiola, mientras el United se debía conformar con clasificar a la Europa League.


Si en aquel septiembre cambió el paradigma del fútbol, aún más lo hizo cuando Qatar Investment Authority -propiedad del estado de Catar- compró un 70 % de las acciones del PSG, iniciando un proyecto faraónico que arrasaría en Francia y se convertiría diez años después en el gran dominador del fútbol europeo juntando a Leo Messi, Neymar y Mbappé, quizá los tres mejores del mundo. El camino ha sido rápido, y aunque durante este tiempo clubes históricos como el FC Barcelona, el Bayern, Liverpool o el Real Madrid se han repartido las Champions League, el tablero ha cambiado definitivamente en esta campaña.


El duelo en el Parque de los Príncipes del pasado 28 de septiembre entre Manchester City y PSG, decidido con un gran gol de Messi, confirmó la tendencia de este cambio, centrando todas las miradas de los espectadores mundiales. Ambos, junto a un nuevo rico como el Chelsea, son los grandes favoritos a levantar La Orejona el próximo 28 de mayo en el Estadio Krestovski de San Petersburgo, con Liverpool, Manchester United, Bayern Münich, Real Madrid o Atlético de Madrid intentando mantener el orgullo de los grandes clubes históricos. La tarea se antoja complicada.


El mercado ha confirmado esta tendencia, siendo el Manchester City el club que pagó el fichaje más caro del año, depositando 117,5 millones en las cuentas del West Ham para hacerse con los servicios de Jack Grealish. El Chelsea aparece en segunda posición, con el desembolso realizado por Lukaku (115 millones de euros), fichaje cerrado con un Inter de Milan que se desangra económicamente y debe vender a sus figuras a los nuevos reyes del fútbol continental.


Y es que los milaneses también vendieron a Achraf Hakimi por 60 millones al PSG, que completó un mercado histórico firmando a Donnarumma (Milan), Sergio Ramos (Real Madrid), Nuno Mendes (Sporting Portugal), Wijlnaldum (Liverpool) y Leo Messi (FC Barcelona).

De esta forma, el Manchester City es hoy el club con mayor valor de mercado del mundo, con 1.005 millones de euros, según la prestigiosa web germana Transfermarkt. El PSG ocupa la segunda posición con 997,5 millones, seguido del Manchester United y Chelsea (881 millones). Real Madrid (793 millones) y Barça (677), quienes lideraron la tabla durante años, caen del Top-5 y deben conformarse con jóvenes valores como Vinicius, Rodrigo, Valverde o Camavinga en el caso de los madrileños, así como Ansu Fati, Pedri, Araujo o el incipiente Gavi en el bando culé.

 

FAIR PLAY, DE DIQUE DE CONTENCIÓN A CATAPULTA

Durante el año 2010, el Comité Ejecutivo de la UEFA aprobó el denominado como Fair Play Financiero, una serie de medidas jurídicas que obligaban, en teoría, a todos los clubes que participasen en competiciones continentales a cumplir un requisito básico: no gastar más de lo ingresan en fichajes. Sin embargo, las reticencias de los grandes clubes llevaron a modificar la medida y permitir un déficit de 30 millones que después se ampliaría hasta los 100 millones.


Sin embargo, estas decisiones de la UEFA han sido paralizadas después de la pandemia del coronavirus, que trastocó los planes de todas las entidades futbolísticas y que ha permitido que clubes como el PSG o el Manchester City, investigado, multado y después indultado por el TAS, pudiesen inscribir a grandes figuras este verano gracias al capital de sus dueños. Es importante aclarar que el Fair Play Financiero de la UEFA nada tiene que ver con las medidas de cada Liga nacional, quienes pueden determinar implantar sus propias leyes.

En este caso, desde la llegada de Javier Tebas al torneo español se impusieron una serie de requisitos que todos los clubes deben cumplir. El límite salarial de LaLiga es el que ha obligado al FC Barcelona a desprenderse de estrellas como Leo Messi o Antoine Griezmann, ya que el torneo español es el único de los grandes del continente que además de la diferencia entre ventas y compras también establece limitaciones en función del presupuesto del club.


Mientras, otros torneos como el francés o el británico han seguido las pautas de la UEFA y también suspendieron provisionalmente el control por los efectos de la pandemia. Por si fuera poco, el presidente de la UEFA Alexander Ceferin anunció recientemente que deben “adaptar el 'fair play' financiero a las nuevas necesidades y proteger a quienes están invirtiendo en clubes, corrigiendo algunas de las injusticias que el FPP puede haber traído en algunas circunstancias”. Un guiño hacia los clubes con inversión extranjera que ha sido muy criticado por los grandes dominadores del fútbol continental en los últimos años.


Si bien las prácticas de los nuevos ricos pueden gustar más o menos por la presencia de estados que buscan publicidad y mejorar su imagen a través del fútbol, la realidad es que simplemente el dinero ha cambiado de manos. Hace unos años era el Real Madrid quien en un mismo mercado firmaba a Cristiano Ronaldo y Kaká (los dos últimos Balones de Oro), además de Xabi Alonso, Albiol o Karim Benzema. La anterior etapa de Florentino Pérez al mando de la Casa Blanca fue aún más ‘dominante’, cuando llegaban cada año estrellas del nivel de Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham u Owen, todos ellos también balones de oro.


Mientras, los espectadores se sientan frente al televisor viendo las disputas de los grandes clubes -intento de Superliga a un lado- y cómo se deteriora año a año la esencia de este deporte, que no es otra que ver competir a 11 jugadores que representen de la mejor forma los valores de entidades que representan el orgullo de miles de hinchas. Por eso ejemplos como el Athletic Club de Marcelo Bielsa, el Leicester campeón de la Premier o el Ajax que rozó la final de la Champions de 2019 consiguen el cariño de todos los amantes del fútbol. Porque el fútbol aún está muy vivo.


Patxo De la Rica Extremiana

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