CONMEBOL vs UEFA, dos caminos opuestos para llegar al Mundial


El regreso del fútbol de selecciones vuelve a avivar el debate sobre la dificultad de los procesos clasificatorios en las dos únicas confederaciones que han levantado la copa del mundo, Sudamérica y Europa, aunque los números dan la razón al Viejo Continente.


Los torneos nacionales volverán a pararse para hacer hueco al fútbol de selecciones. Unas fechas que en Europa se viven con hastío por parte de muchos aficionados al fútbol y que, a cientos de kilómetros, en Sudamérica, celebran como el mayor espectáculo. Con el regreso de los duelos internacionales vuelve también un viejo debate que busca colocar a una de estas dos confederaciones como la más complicada para clasificar al Mundial de Fútbol.


De cara al Mundial de Francia 98 se implementó un nuevo formato en CONMEBOL que enfrenta a ‘todos contra todos’ en 18 largas jornadas. Sin embargo, ese gran show que atrapa a millones de personas y paraliza los diez países que representan la confederación sudamericana -Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y Bolivia- no tiene porqué significar una mayor dificultad.

En primer lugar, CONMEBOL cuenta con 4 plazas fijas, más el llamado repechaje, para sus 10 asociaciones, mientras que Europa cuenta con 13 plazas para los 55 participantes. O lo que es lo mismo: un mínimo de un 40% de los participantes sudamericanos estará en la fase final y solo un 23,66% de los europeos podrá disfrutar de la gran fiesta del fútbol. Una ventaja notable, que permite hechos como que Brasil y Argentina estuvieran presentes en las seis Copas del Mundo disputadas bajo este formato de clasificación, mientras que Uruguay y Paraguay lo hicieron en cuatro; Chile, Colombia y Ecuador, en tres, y Perú en la última de Rusia. Es decir, el 80% de los miembros consiguieron clasificar al menos en una ocasión.

Al otro lado del Atlántico es imposible calcular el porcentaje de los países que consiguieron clasificar en alguna ocasión a una fase final, ya que las asociaciones miembros de UEFA han crecido desde las 33 de 1994, cuando se implementó el actual formato, a las 55 actuales. Sin embargo, sí se puede resaltar que campeones del mundo como Italia, Inglaterra o Francia se quedaron fuera de una fase final, al igual que varios subcampeones del mundo como Países Bajos (no estuvo en dos ocasiones), Hungría (no clasifica desde México 1986), Suecia (se perdió tres citas) o Croacia (no estuvo en Sudáfrica 2010).

El sistema de clasificación de UEFA, además, únicamente otorga billete directo al primero de cada grupo (5 grupos de 5 y 5 grupos de 6), mientras que los segundos deberán disputar dos eliminatorias a partido único para conseguir los tres cupos restantes. Un hecho que complica sobremanera el proceso, ya que habitualmente los dos primeros suelen conseguir la mayoría de puntos ante los rivales más débiles y se juegan la primera plaza en los dos encuentros entre sí.

 

MÁS ESPECTÁCULO, MENOS NIVEL

La dificultad no está siempre ligada con el espectáculo. Parece obvio que las sudamericanas son las más apasionantes por varias razones: Grandes jugadores -Messi, Neymar, Luis Suárez, Arturo Vidal o James Rodríguez, entre otros-, mucha igualdad y, sobre todo, duelos directos entre favoritos casi en cada jornada. Además, de cara al espectador, quizá el formato actual de UEFA no sea el más atractivo, ya que muchos de los duelos de los países más importantes son ante rivales hundidos en el ranking FIFA.


Pero la clase media europea es sin duda la más potente del mundo. Lo confirman los datos históricos y actuales, con 13 países entre los 20 mejores del mencionado ranking internacional, y con hasta 28 en el Top-50. En el último Mundial, además, diez de los 16 clasificados a octavos de final fueron europeos, siendo alguno de ellos considerados de clase media como Suiza, Suecia, Dinamarca, Rusia o incluso Croacia, que a la postre acabaría rozando el título.


Hoy, Suiza lucha con Italia por una plaza en el grupo C, Rusia y Croacia hacen lo propio en el grupo H y Suecia tiene en aprietos a España en el grupo B, entre otros. Con apenas ocho o diez jornadas por grupo, el margen de error es mínimo. Al contrario, la clasificación sudamericana, con todos los participantes presentes y luchando entre sí, premia la regularidad. Es la más ‘justa’, poniendo a cada uno en su lugar y permitiendo incluso algún que otro tropiezo durante las 18 fechas en las que no importa ser líder, sino únicamente ubicarse entre los cuatro primeros.


Bien es cierto que el actual formato es complicado para países como Paraguay, presente de forma continua en los Mundiales desde 1998 a 2010, Ecuador, que inició el siglo con tres participaciones -2002, 2006 y 2014-, o Perú, que regresó a una cita mundialista en Rusia 2018 después de 36 años. Con Argentina y Brasil como cupos casi garantizados, sumados al nivel que mostraron en los últimos años combinados como Uruguay, Colombia o Chile, conseguir un billete parecería casi un milagro para estos países, que bien podrían competir con selecciones de nivel medio de Europa.


La buena noticia es que en los últimos años se ha abierto una ventana de esperanza ante la bajada de nivel de Colombia y Chile. Ecuatorianos, paraguayos o peruanos buscarán aprovecharlo para demostrar que el nivel de la clase media sudamericana también tiene muchas cosas que decir en los mundiales. Por el momento, Ecuador es 4º en las eliminatorias y presume de una nueva generación que consiguió una medalla de bronce en el último Mundial sub-20 celebrado en Polonia en 2019.



 


Patxo De la Rica Extremiana

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